Para llevar un documento a una imprenta es mejor enviar un archivo en formato pdf que un archivo abierto (archivo Indesign, Illustrator, etc.), de esta forma nos evitamos correr el riesgo de que haya problemas como errores en la tipografía o de vinculación de imágenes, entre otros. Pero incluso un pdf debe tener unos requisitos mínimos para obtener una correcta impresión, segura y fiel a nuestro diseño original.
1. Enviar un archivo PDF en baja calidad
Parece algo evidente, pero es un error más común de lo que parece. A veces se crea un PDF de baja calidad, a modo de primera corrección, olvidándonos de volverlo a crear en alta calidad para la imprenta. En otras ocasiones, se utilizan imágenes de baja calidad o que están pensadas para utilizarse en diseño web, y evidentemente, la calidad de las imágenes web (72 dpi) no es suficiente para una impresión en alta resolución (300 dpi).
La solución es sencilla: poner nombres diferentes para distinguir los PDFs de baja y alta calidad. Una pista para distinguirlos es que el pdf de alta calidad será un archivo de mayor tamaño que el de baja. En el caso de las imágenes siempre es aconsejable guardar un original para que, si guardamos para web por despiste, podamos recuperar la calidad de la imagen original.
2. Al diseño le falta el sangrado
Para los que no estén habituados a la jerga de los diseñadores: el “sangrado” es el marco que va más allá del límite de la página, sobresaliendo unos 3 milímetros del corte. Este marco sirve para que los elementos como por ejemplo, imágenes o fondos de color, sobresalgan de la página. De esta forma, cuando se vaya a cortar el papel ya impreso a formato final, evitaremos que queden líneas o zonas blancas en caso de que se muevan las hojas al cortarlas.
Pueden darse 2 casos: 1) que al hacer el archivo pdf no se haya activado la casilla correspondiente al sangrado, o 2) que se haya creado el diseño sin sangres ya desde el principio.
En caso de que simplemente se haya creado mal el pdf, la solución es tan simple como volver a guardar el pdf, esta vez activando la opción de sangrado. Pero si el archivo original no lleva sangres, entonces se deben añadir en la configuración de la página 3 milímetros para el sangrado. Después, página a página (en caso de una revista, por ejemplo) habrá que ampliar los elementos que estén en el borde de la página para que sobresalgan esos 3 mm.
3. No hay marcas de corte
Las marcas de corte son las que indican cuál es el final de la página y por dónde se debe cortar. Ayudan a entender mejor los límites del diseño y, si están bien hechas, ahorran tiempo al impresor.
Por suerte este problema es sencillo de arreglar: cuando se vaya a hacer el pdf final para llevar a la imprenta, hay que activar la casilla de las marcas de corte (como con las sangres), y especificar parámetros como la distancia entre las marcas y el borde del papel, que suele ser el mismo tamaño que las sangres (3 mm).
4. Imágenes en RGB
Los trabajos de imprenta, ya sean en impresión offset o digital, se imprimen con tintas CMYK, y es un error bastante común el olvidarse de pasar las imágenes del diseño de RGB a CMYK y trabajar con colores RGB en vez de trabajar con tintas CMYK (o incluso con tintas Pantone) en el documento.
La mejor forma de pasar una imagen de RGB a CMYK es con Photoshop, porque iguala las tonalidades y colores mejor que con cualquier otro programa. Es una buena costumbre abrir todas las imágenes utilizadas en el documento y comprobar, antes de hacer el pdf, que estén en CMYK (en algún programa, de hecho, te lo especifica sin tener que abrir las imágenes en Photoshop). Y es importante utilizar tintas CMYK (o Pantone, si ese fuera el caso) en vez de RGB.
5. Elementos cerca de la línea de corte de la página
Este problema es similar al sangrado por la siguiente razón: de la misma forma que hay que ampliar las imágenes del borde la página unos 3 mm más allá de la línea de corte, también hay que dejar un espacio de seguridad entre los elementos que están cerca del borde de la página y la línea de corte. Por ejemplo, los números de página situados en la esquina o un texto que esté cerca del borde. Esos elementos deben mantener una distancia de seguridad de 3 mm, como mínimo, para evitar el riesgo de ser cortados.
La solución, en este caso, no se puede arreglar en el archivo pdf sino en el documento. Se debe revisar, página a página, que no haya elementos demasiado cerca de la línea de corte.