Siglo XXI: Un año sin Galeano

Eduardo Galeano
3/09/1940 – 13/04/2015
En 1972, un año después de la primera edición de Las venas abiertas de América Latina, Arnaldo Orfila Reynal, editor de SIGLO XXI, le mandó una carta a Eduardo Galeano donde le adjuntaba la pobre liquidación de derechos de autor. Era tan lamentable que lo invitaba a no desanimarse y le contaba lo difícil que era vender libros en “nuestra querida América Latina”. También le expresaba sus deseos de que en el corto plazo el libro pudiera mejorar su performance inicial.

Ese fue el origen de una relación profunda entre SIGLO XXI y Eduardo Galeano, que comenzó en 1971 con la publicación de Las venas abiertas de América Latina e incluyó toda la obra posterior de Eduardo, compuesta por 19 libros y que culmina con la publicación reciente de El cazador de historias, la obra que terminó un año antes de morir.

Eduardo, que no concebía la vida como “una pista de carreras en donde uno tiene que tener éxito y los que fracasan están condenados al desprecio de los demás”, se mantuvo fiel a su editorial incluso en las épocas difíciles de censura, cierre por problemas políticos o crisis económicas: “La verdad es que uno siempre prefiere los contactos de carne y hueso”, decía.

El 13 de abril se cumple el primer aniversario de su muerte. Desde SIGLO XXI lo recordamos con cariño y agradecimiento, y reafirmamos nuestra voluntad de seguir trabajando para que su obra se mantenga viva, en diálogo o hasta en discusión con el mundo actual, y no pase a formar parte de las que están talladas en el frío mármol.

Compartimos una carta que Eduardo le escribió a Arnaldo Orfila Reynal, con la que le ponía fin a los años de trabajo de la trilogía Memoria del fuego.

Para Arnoldo Orfila Reynal,
Siglo XXI Editores.Mi querido Arnaldo:
Aquí va el último volumen de «Memoria del fuego». Como verás, acaba en 1984. Por qué no antes, o después, no sé. Quizás porque ése fue el último año de mi exilio, el fin de un ciclo, el fin de un siglo; o quizás porque el libro lo quiso así.
De todos modos, el libro y yo sabemos que la última página es también la primera.
Disculpa si me salió demasiado largo. Escribirlo fue una alegría de la mano; y ahora yo me siento más que nunca orgulloso de haber nacido en América, en esta mierda, en esta maravilla, durante el siglo del viento.
Más no te digo, porque no quiero palabrear lo sagrado.Te abrazo,
Eduardo
Eduardo Galeano

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