Informe realizado por CADRA
Como todos los años, tuvo lugar en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires nuestra jornada “El Derecho de Autor en el Mundo Editorial”; que tiene por objeto discutir los temas más importantes sobre el derecho de autor y la propiedad intelectual.
El acto de apertura estuvo a cargo del presidente de CADRA, Federico G. Polak; la presidenta de la Fundación El Libro, María Teresa Carbano; y el titular de la Dirección Nacional del Derecho de Autor, del Ministerio de Justicia de la Nación, Gustavo Schötz.
En su intervención, Polak destacó: “Es de vital importancia debatir sobre el derecho de autor en la era de Internet, en el marco que inaugura la flamante nueva normativa europea. Un logro palpable que viene gestándose desde hace tiempo, y que sin duda es resultado del accionar mancomunado de distintos actores en defensa del trabajo de autores y editores. Y nuestra jornada es un espacio proteico de debate. Además de introducir otros temas: este año, el rol de los traductores, figuras insoslayables en nuestro campo, que deben ser reconocidos como autores. Desde CADRA, pensamos esta jornada con el objetivo de promover un espacio donde se escuchen las voces de autores y editores, ni más ni menos que en defensa de sus derechos como trabajadores”.
Uno de los temas destacados de la jornada.
El especialista en derecho de autor, Javier Díaz de Olarte, se refirió a la nueva normativa europea que protege los derechos de autores y editores
Javier Díaz de Olarte, jefe del Departamento Jurídico del Centro Español de Derechos Reprográficos (CEDRO), tuvo a su cargo la primera exposición de la jornada. Se refirió a la ley sancionada por el Europarlamento en marzo pasado, que desafía el accionar de los gigantes de Internet como Google y Facebook, en defensa de los autores y editores, sentando un precedente a nivel mundial. De la charla participó como moderador el fiscal de la ciudad de Buenos Aires y especialista en propiedad intelectual, Federico Villalba Díaz.
Díaz de Olarte sostuvo: “Si se toma en cuenta la particularidad que tienen las obras escritas —a diferencia de las musicales o de los filmes—, además de obras para entretener, son obras que transmiten conocimiento. El derecho del autor se debilita, aún más, cuando hay otros intereses que priman sobre él”.
Por otra parte, expresó: “Si al derecho de autor se lo enfrenta a la idea de que esta protección impide la educación, se genera una idea falsa; y el riesgo, es el desconocimiento y la desprotección de derechos. En esa idea falsa descansa la realidad de que alguien está haciendo negocios utilizando, sin autorización, algo que no es suyo”.
En relación a los agregadores de noticias como por ejemplo Google, Díaz de Olarte especificó: “La empresa hizo un acuerdo con los editores con los que había entrado en conflicto (de Bélgica), pero no como resarcimiento por haber quebrantado derechos de autor, sino como consecuencia de acuerdos económicos alcanzados por fuera de ese reconocimiento”; reflexión que llama a pensar que hay todavía mucho camino por recorrer en relación al reconocimiento de los derechos, que luego se traducirá en una compensación económica.
Los traductores tuvieron su lugar de debate en la jornada
En la mesa a continuación, titulada “El traductor, ¿un escritor invisible?” se debatió sobre el rol del traductor, una figura central en el campo editorial, que muchas veces queda invisibilizada. Y a esto se refirieron los expositores: en este caso, el inglés residente en Buenos Aires, Ian Barnett, quien traduce a distintos autores argentinos para el mercado angloparlante. Sostuvo: “Un traductor comparte los mismos recursos y las mismas técnicas que un autor. Es un escritor como cualquier otro, no de textos originales; pero lo que sí puedo decir es que no es un escritor invisible. Los traductores literarios están muy visibles: los que no los ven son los lectores”. Al mismo tiempo, aseguró: “Sin el trabajo de CADRA, nos quedamos sin recursos para defender nuestro propio trabajo”.
También participó el autor, ensayista y traductor Carlos Gamerro, quien ofició de traductor de obras de Graham Greene, Harold Bloom y William Shakespeare. Gamerro se refirió a la importancia del trabajo del traductor como autor dando cuenta de que, por ejemplo, cuando alguien lee Respiración artificial, de Ricardo Piglia, en inglés, de tan buen trabajo realizado, parece escrita por el traductor.
Por último, el editor Fernando Fagnani, de Edhasa, se refirió a una tradición sudamericana de no hacer visible al traductor. “En Amazon, siempre aparecen los dos: autor y traductor. Acá se celebra solo al traductor cuando es autor, es decir, cuando su actividad principal no es la de ser traductor”. Moderó la mesa, la traductora literaria y técnico-científica, miembro de la Comisión Directiva de CADRA, co-fundadora del Club de traductores e integrante de AATI, Julia Benseñor.
Los editores de prensa y los derechos de autor
El cierre de la jornada contó con un importante debate respecto del rol de los medios de comunicación, luego de la normativa aprobada en Europa que compele a los buscadores y agregadores de noticias y otras webs europeas, a pagar derechos de autor al compartir fragmentos relevantes de un artículo periodístico. Del debate participaron el director regional de Agence France Presse (AFP) para América Latina, Pierre Ausseill; el presidente y CEO de Perfil Network, Jorge Fontevecchia; y el asesor de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) en asuntos de Propiedad Intelectual, Nicolás Novoa. Contó con la moderación de la vicepresidenta de CADRA, Ana María Cabanellas.
Jorge Fontevecchia expresó: “Hoy, la Unión Europea da lecciones en la defensa del derecho de autor frente a los gigantes de Internet, que no es más que la defensa del trabajo. Lo que aquí se está discutiendo, en realidad, es la captura de la renta. Estamos de acuerdo en que el señor que creó Google tiene que llevarse un premio, pero si ese premio tiene un volumen desproporcionado, hay ahí un problema”.
Con respecto a uno de los dilemas de la prensa actual, aseguró: “Hoy, Estados Unidos tiene la mitad de periodistas que hace cinco años. El periodismo con el que nosotros crecimos y el que conocemos es un periodismo hijo de la ley antitrust (primera norma del gobierno estadounidense para limitar la existencia de monopolios)”.
Nicolás Novoa, por su parte, se refirió a los vertiginosos cambios que tuvieron lugar a nivel planetario, y que pusieron en jaque la normativa sobre derecho de autor: “Derechos que hoy comienzan a parecernos insoslayables, pero hace una década no eran obvios”, aseguró.
En este sentido, expresó: “La particularidad hoy día en los medios, es que hay un cambio de perspectiva. Antes eran usuarios de derechos de terceros, pero hoy están en la web expuestos a los problemas de los titulares de derecho de autor y conexos. Hay un acercamiento entre las posiciones de los medios y de los creadores”.
Además, sostuvo: “Hay que avanzar en la defensa de los derechos de quienes producen contenidos. Que requieren regulación. Esto tiene dificultades pero, a su vez, ventajas. Las dificultades son, en primer lugar, la velocidad de los avances tecnológicos. Las ventajas, que contamos con una ley que, si bien es antigua —de 1933—, es sabia para resolver conflictos de derecho de autor y nuevas tecnologías: cuenta con conceptos claros. Otra ventaja son los antecedentes internacionales”. Según Novoa, “una cosa tiene que quedar clara: no es posible hacer periodismo de calidad sin retribución”.
Pierre Ausseill habló de la normativa histórica votada por el Europarlamento: “Es el resultado de discusiones a lo largo de tres años. Sin embargo, es un resultado aún provisorio”, sostuvo. A la realidad, que periódicamente cierra algún medio en Estados Unidos, reduciéndose la cantidad de periodistas a la mitad, y de que Google o Facebook no emplea a ningún periodista, se suma la idea errónea de que la directiva en defensa del derecho de autor llevaría a la censura. Ausseill expresó: “Usar contenido de otros en forma gratuita y monetizarlo, lo que hacen los gigantes de Internet, no es sinónimo de libertad, es una falsa creencia”.