Durante más de un siglo, el Banco de la Nación Argentina ha sido un actor de gran relevancia no sólo por su incidencia en el funcionamiento del sector financiero sino también por las diversas políticas económicas que se aplicaron en cada coyuntura. En este sentido, su rol en el marco de la última dictadura militar tuvo profundas e inéditas repercusiones que merecen ser conocidas y debatidas. A partir de un análisis novedoso y revelador de la política crediticia de la entidad durante la etapa dictatorial y de la conformación empresaria del directorio en esos años, este libro revela el papel específico del banco en la consolidación de un cambio del tipo de Estado y del patrón de acumulación de capital.
Los autores examinan el contexto económico internacional y la naciente hegemonía neoliberal asentada en la valorización financiera. Asimismo, explican el proceso por el cual la banca pública se contrajo, mientras que el sector privado nacional cobró una importancia nunca antes vista. Dentro de la banca pública, el que más disminuyó su presencia en el mercado de crédito local fue el Banco Nación, institución que cumplía un papel clave en el financiamiento a las empresas públicas y que contaba con numerosas sucursales en la Argentina y en el exterior. Sin embargo, esto no supuso la desaparición de la entidad como actor, porque el crédito internacional que otorgaba pasó a ocupar el lugar que hasta entonces tenían los préstamos otorgados por las sucursales en el país.
Ese tipo de préstamos fueron vitales en su operatoria institucional y estuvieron destinados a empresas estatales y organismos públicos, pero sobre todo a las Fuerzas Armadas. Todas las evidencias disponibles indican que así como el partido militar fue el brazo armado de los sectores dominantes, el BNA fue el brazo financiero de las fuerzas represivas mediante la operatoria que llevaron a cabo sus sucursales en el exterior, dando lugar a un fenómeno sin antecedentes en la historia institucional.
Así, este libro es un aporte fundamental para entender la función que cumplió el más importante banco público del país en relación con los objetivos económicos del gobierno militar, esto es: potenciar la expansión de las fracciones del capital que ejercieron la hegemonía durante esos años.
Eduardo Basualdo, economista (UCA) y doctor en Historia (UBA). Coordinador del Área de Economía y Tecnología y de la maestría de Economía Política de la FLACSO. Integrante del CELS y de Cifra de la CTA.
Juan Santarcángelo, economista (UBA), magíster y doctor por la New School University (Estados Unidos). Investigador adjunto del Conicet y de la Universidad Nacional de Quilmes. Docente en la maestría en Economía Política (FLACSO).
Andrés Wainer, sociólogo (UBA), magíster en Economía Política (FLACSO) y doctor en Ciencias Sociales (FLACSO). Investigador del Conicet y del Área de Economía y Tecnología de la FLACSO. Docente en la UBA, IDAES-UNSAM y la FLACSO.
Cintia Russo, historiadora de la Universidad de París- Sorbonne, París IV. Magíster en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Doctora por la Universidad de la Sorbonne, París III. Profesora asociada regular de la Universidad Nacional de Quilmes.
Guido Perrone, economista (UBA) y maestrando en Economía Política (FLACSO). Investigador y docente en la Universidad Nacional de Quilmes y docente en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA.